ENSAYO: Para leer al Pato Donald - Ariel Dorfman y Armand Mattelart
Introducción
Para leer al Pato Donald es una obra publicada en 1971, nos permite reflexionar sobre las complejas interacciones entre la industria cultural y la formación de la conciencia en contextos políticas y sociales. El libro nos explica la historia por medio de comics de Disney, en particular las historias protagonizadas por el Pato Donald, debido a que estas nos terminan ayudando a conocer un poco más a fondo los valores capitalistas, imperialistas y la situación política de América Latina, la cual se caracterizaba por conflictos y transformaciones al mismo tiempo que los medios de comunicación emergían como herramientas poderosas en la configuración de la percepción pública, funcionando tanto como instrumento de manipulación como de crítica social.
La obra nos muestra la influencia mediática y la cultura de consumo, a través de personajes cargados de simbolismo que reflejan dinámicas colectivas profundamente enraizadas en la historia y el contexto social de la región.
Argumentación
La historia nos sitúa a finales de los años sesenta y principios de los setenta, cuando América Latina vivía un auge de movimientos sociales y políticos que buscaban una transformación profunda de sus estructuras económicas y culturales, donde las teorías marxistas y de la dependencia cobraban relevancia, analizando cómo el imperialismo cultural operaba como un mecanismo de control sobre los países del Tercer Mundo.
En medio de escenarios políticos convulsionados, resulta interesante analizar cómo las luchas y tensiones propias de América Latina han contribuido a configurar una realidad social-política compleja, donde las diferentes ideologías se enfrentan en un juego de poder que trasciende fronteras y épocas.
El libro también nos relata varias realidades que se vivían en esos tiempos en Latinoamérica reflejadas en el universo de Disney como que dentro de este universo no existen las familias tradicionales, no hay padres ni madres, solo familiares en tercer grado, como lo son los tíos, primos y sobrinos, lo que podría imposibilitar los conflictos generacionales (Por ejemplo: Problema con la repartición de herencia) entre los personajes. Esta estructura refuerza la idea de que ellos deben buscar su propio sustento sin cuestionar la distribución de la riqueza, fomentando un individualismo extremo y evitando cualquier alusión a la lucha de clases.
También dentro de el mundo del Pato Donald podemos ver varios tipos de estereotipos racista y hasta colonialistas, debido a que los personajes principales son los personajes con el “progreso” en contraste con los personajes nativos que suelen aparecer, siendo estos representados como primitivos e ingenuos. Este discurso refuerza la idea de que los países en desarrollo (también conocido como tercer mundo) necesitan de la intervención de las potencias para desarrollarse.
Siguiendo la
línea de las riquezas del Tío Rico, las cuales no provienen del trabajo arduo
sino de la búsqueda de tesoros ocultos, podemos ver en esta representación una
versión distorsionada del capitalismo, donde la riqueza se presenta como un
fenómeno natural e inmutable, en lugar de un sistema basado en la explotación
del trabajo ajeno. Esta idea se refuerza en la cultura del consumismo que el
libro analiza, donde los personajes de Disney habitan un mundo en el que la
riqueza parece surgir sin explotación ni conflictos de clase. En el universo
de El Pato Donald, los bienes materiales aparecen de forma mágica y
el éxito económico se atribuye al esfuerzo individual, sin considerar las
desigualdades estructurales. Así, se promueve la noción de que el consumo es
algo natural y deseable, vinculando la felicidad con la adquisición de bienes,
en lugar de cuestionar el sistema que lo sustenta.
En América Latina, las luchas
ideológicas y los cambios en las estructuras políticas han estado acompañados
de estrategias mediáticas que moldean la percepción de la realidad. A través de
los cómics de Disney, se refuerza la idea de que la riqueza y el éxito dependen
únicamente del esfuerzo individual, ocultando las desigualdades estructurales y
naturalizando la lógica del capitalismo.
Esta influencia mediática no solo ha
operado en el pasado, sino que sigue vigente en la era digital, donde las
plataformas de entretenimiento continúan difundiendo discursos que favorecen la
mercantilización de la vida cotidiana. Para leer al Pato Donald expone cómo los
productos culturales actúan como herramientas de control simbólico, presentando
un mundo sin conflictos de clase ni explotación. En la actualidad, esta
narrativa se replica en las redes sociales y el contenido audiovisual,
reforzando una visión del mundo donde el consumo es la vía principal hacia la
felicidad y la estabilidad social.
Así, la obra mantiene su relevancia
al ofrecer una perspectiva crítica sobre la relación entre cultura, ideología y
poder. En un mundo cada vez más dominado por la globalización y el consumo
masivo, la necesidad de analizar los discursos que perpetúan estas dinámicas
sigue siendo crucial para la construcción de una conciencia crítica frente a la
manipulación mediática.
Conclusión
Este libro nos ayuda a entender la
relación entre cultura, ideología y poder, desde la perspectiva de los comics
de Disney, comprender cómo la industria cultural funciona como un mecanismo de
control simbólico, legitimando estructuras de poder e impulsando valores
alineados con la lógica del capitalismo y el imperialismo. Esta crítica sigue
siendo pertinente en la actualidad, donde las narrativas mediáticas continúan
reproduciendo discursos que naturalizan las desigualdades y fomentan una
cultura del consumo basada en la acumulación de bienes como sinónimo de éxito y
felicidad.
Finalmente, la obra nos desafía a
adoptar una mirada más crítica frente a los contenidos que consumimos y a
reconocer el poder que tienen los medios de comunicación en la formación de
nuestra conciencia social. En un mundo donde la información es cada vez más
accesible pero también más manipulable.
Referencia
ResponderEliminarDorfman, A., & Mattelart, A. (1972). Para leer al Pato Donald: Comunicación de masa y colonialismo. Siglo XXI Editores.