ENASAYO: La Doctrina del Shock - Naomi Klein
Introducción
En su obra Klein ofrece
una lectura crítica del modelo económico neoliberal que ha predominado a nivel
global desde la década de los 70´s. Nos explica como las élites económicas y
políticas han aprovechado momentos de crisis y conmoción social para
implementar reformas de libre mercado que habrían encontrado una fuerte
resistencia. Esta "doctrina del shock" no es solo una estrategia
oportunista, sino un método organizado que necesita que la sociedad esté en un
estado de vulnerabilidad. Además, Klein sostiene una idea provocadora: las
crisis no solo se aprovechan, sino que a veces se crean o empeoran a propósito
para poder aplicar políticas neoliberales impopulares. Más allá de la economía,
su obra muestra cómo se usa el miedo, la confusión y el trauma colectivo como
herramientas para controlar a la población. En este ensayo se analizará el
concepto de doctrina del shock, su aplicación histórica, sus consecuencias
sociales y su relevancia contemporánea. Se argumentará que el shock ha sido
instrumentalizado como una herramienta de dominación y acumulación de poder,
exacerbando las desigualdades y erosionando la democracia.
Argumentos
Los orígenes ideológicos
de la doctrina del shock en la escuela de economía de la Universidad de Chicago.
Fue liderado por Friedman, quien decía que las crisis representan oportunidades
para introducir reformas drásticas que serían políticamente inviables de otras
formas. La premisa principal es que el estado de shock, generado por una
catástrofe natural, una guerra, un golpe de Estado o una crisis económica,
desarma temporalmente a las poblaciones, facilitando la implementación de
medidas impopulares como la privatización de servicios públicos, la
desregulación de los mercados y la reducción del gasto social.
Klein identifica como
primer experimento de esta estrategia el golpe militar en Chile en 1973, donde
el régimen de Augusto Pinochet aplicó las recomendaciones de los "Chicago
Boys" para transformar radicalmente la economía.
Klein también nos describe
el proceso en el cual combina la conmoción emocional y la desorientación
social. Cuando una sociedad atraviesa un trauma colectivo, la población se
encuentra en un estado de confusión y miedo que reduce la organización y la
resistencia política. Este estado emocional facilita la aceptación de medidas
que en circunstancias normales serían rechazadas, este mecanismo no solo es
aprovechado, sino que en algunos casos es deliberadamente fomentado y vincula
esta estrategia a las técnicas de tortura psicológica estudiadas por la CIA
durante la Guerra Fría. Klein sostiene que el neoliberalismo global utiliza el
shock colectivo para quebrantar la voluntad popular y moldear sociedades
enteras según los intereses del capital.
Diversos ejemplos
históricos sustentan la tesis de Klein. En América Latina, además de Chile,
países como Argentina y Bolivia experimentaron procesos de ajuste estructural
impulsados por el shock de crisis económicas y dictaduras militares. En Europa
del Este, la caída del Muro de Berlín fue seguida de políticas de privatización
acelerada conocidas como terapia de choque que empobrecieron a vastos sectores
de la población.
Uno de los casos más analizados
por Klein es el de Irak tras la invasión estadounidense en 2003, la cual se llevó
a cabo una radical liberalización de la economía iraquí, incluida la
privatización masiva de bienes estatales, mientras el país aún se encontraba
sumido en el caos y la violencia de la posguerra.
Asimismo, el huracán
Katrina en Nueva Orleans (2005) es presentado como un caso de capitalismo del
desastre, donde la destrucción de la infraestructura pública fue seguida por la
privatización de servicios como la educación, en lugar de su reconstrucción
pública.
La doctrina del shock ha
tenido efectos devastadores sobre las sociedades donde ha sido aplicada. Las
políticas neoliberales implementadas durante estados de shock han aumentado la
desigualdad, debilitado las redes de protección social y concentrado el poder
económico y político en manos de una élite reducida.
Klein argumenta que lejos
de fomentar el crecimiento económico sostenible, estas medidas profundizan la
exclusión y la marginalización de amplios sectores de la población. Además, el
uso sistemático del shock erosiona las bases de la democracia, al imponer decisiones
sin un debate público informado y sin el consentimiento ciudadano.
Y lo seguimos viendo
hasta hoy en día con el cambio climático el cual representa un nuevo escenario
donde el capitalismo del desastre podría desplegarse a gran escala. Los
desastres climáticos son utilizados para justificar proyectos extractivistas de
excepción que limitan derechos ciudadanos.
Por tanto, comprender la
doctrina del shock resulta crucial para resistir estas dinámicas y promover
alternativas basadas en la justicia social, la resiliencia comunitaria y la
sostenibilidad ecológica.
Conclusión
La lectura revela una
dimensión oculta del neoliberalismo: su dependencia de estados de crisis para
consolidar su hegemonía. A través de la explotación sistemática de momentos de
vulnerabilidad social, se han impuesto transformaciones económicas que
benefician a una minoría en detrimento de las mayorías. La estrategia del shock
no solo produce desigualdad y sufrimiento, sino que también debilita la
democracia, al sustituir el debate y la participación por la imposición y el
miedo. Reconocer y desenmascarar estas dinámicas es un primer paso fundamental
para construir sociedades más justas y resilientes. En un mundo marcado por
crisis múltiples, la vigencia de la doctrina del shock exige una vigilancia
crítica constante y una apuesta decidida por alternativas que pongan la vida y
la dignidad humana en el centro de las políticas públicas.
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