ENSAYO - Tecnofeudalismo - El Sigiloso Sucesor del Capitalismo
Introducción
En el transcurso de la historia económica y
política moderna, el capitalismo ha sido el sistema dominante que ha
estructurado las relaciones de producción, propiedad y poder. Sin embargo, en
su obra Tecnofeudalismo, Yanis Varoufakis argumenta que estamos viviendo una
transformación radical de este sistema hacia una nueva forma de dominación: el
tecnofeudalismo. Esta tesis, provocadora y aguda, propone que las grandes
plataformas digitales no son meras expresiones contemporáneas del capitalismo
avanzado, sino la manifestación de una lógica completamente distinta, que
revive aspectos del feudalismo bajo una nueva tecnología. En este ensayo se
analizarán los principales planteamientos del autor, se explicarán sus fundamentos
teóricos y se evaluará el alcance de sus implicaciones para entender el
presente y futuro del orden económico global.
Desarrollo
La premisa central del texto es que el
capitalismo, tal como lo conocíamos, ha llegado a su fin. Varoufakis sostiene
que desde la década de 2000, y especialmente después de la crisis financiera de
2008, se ha consolidado un nuevo sistema en el que el control sobre los datos,
los algoritmos y las plataformas digitales ha desplazado al tradicional dominio
del capital industrial y financiero. A diferencia del capitalismo clásico,
donde el mercado es el principal mecanismo de asignación de recursos y generación
de valor, en el tecnofeudalismo el poder se concentra en plataformas que no
participan como actores dentro del mercado, sino que lo sustituyen o lo encapsulan.
El autor argumenta que el capitalismo, en su
etapa industrial, tenía una estructura más horizontal en términos de relaciones
económicas: los trabajadores vendían su fuerza de trabajo y los capitalistas la
compraban para generar mercancías que luego eran vendidas en el mercado. Aunque
claramente desigual, este sistema permitía una forma de movilidad, competencia
y acumulación de capital que estaba mediada por instituciones como el Estado,
los sindicatos y los bancos centrales. En cambio, el tecnofeudalismo elimina o
reconfigura esas mediaciones. Las plataformas digitales como Amazon, Google o
Facebook actúan como “señores feudales digitales”, estableciendo reglas
privadas que determinan el comportamiento de usuarios, productores,
consumidores y anunciantes, sin necesidad de pasar por mecanismos democráticos
o legales públicos.
Una de las claves del argumento de Varoufakis es
su análisis del papel del dinero y de la renta. Mientras que el capitalismo
generaba ganancias a través de la producción y la inversión, el tecnofeudalismo
genera rentas mediante el control de la infraestructura digital. Los usuarios
no pagan directamente por muchos de los servicios que reciben, pero entregan
sus datos, los cuales son procesados algorítmicamente para generar valor que
las plataformas monetizan a través de la publicidad dirigida y la manipulación
de la conducta. Esta lógica no responde a la valorización del trabajo, sino a
la extracción de rentas por posesión de “territorio digital”, un fenómeno que
recuerda al poder de los señores feudales sobre la tierra y sus habitantes.
Varoufakis describe este proceso como una forma
de "neo-servidumbre digital", donde los usuarios no son tanto
consumidores libres como siervos obligados a aceptar las condiciones impuestas
por los dueños de las plataformas. No hay posibilidad de negociación ni de
intervención colectiva efectiva, ya que el control del software, del acceso y
del algoritmo es absoluto y unilateral. Esta dinámica erosiona la base de la
ciudadanía económica y debilita el poder de los Estados nacionales, que se ven subordinados
a las decisiones de empresas privadas transnacionales con mayor capacidad de
vigilancia, influencia y control.
Asimismo, el autor señala que esta
transformación también ha implicado una mutación en la estructura del capital
financiero. Si bien los bancos y fondos siguen existiendo, su poder se
encuentra cada vez más supeditado al dominio de las plataformas tecnológicas.
Incluso las monedas tradicionales comienzan a verse amenazadas por nuevas
formas de dinero digital emitidas o gestionadas por corporaciones tecnológicas,
lo que representa un nuevo capítulo en la descentralización del poder
monetario.
Varoufakis no limita su crítica al diagnóstico
económico, sino que también incluye un análisis político. El tecnofeudalismo,
afirma, no solo transforma las relaciones de producción, sino que también
genera nuevas formas de dominación y alienación. El consentimiento se obtiene
mediante interfaces atractivas, servicios gratuitos y recompensas inmediatas,
mientras que la vigilancia constante impone una forma de control que no
requiere de coerción explícita. La libertad individual, pilar del liberalismo
capitalista, se convierte en una ilusión, ya que cada clic, cada búsqueda y
cada compra es registrada, procesada y utilizada para moldear la voluntad del
individuo.
Frente a este panorama, Varoufakis propone la
necesidad de un nuevo contrato social que permita recuperar el control
democrático sobre las tecnologías digitales. Plantea la idea de democratizar
los algoritmos, de tratar los datos como un bien común y de repensar la
propiedad digital de una forma colectiva. Su propuesta no busca volver al
capitalismo industrial, sino avanzar hacia un modelo económico basado en la
soberanía tecnológica, la justicia distributiva y la participación activa de la
ciudadanía en las decisiones económicas y tecnológicas.
Conclusión
El libro ofrece una
reflexión profunda y provocadora sobre las transformaciones del capitalismo en
la era digital. Su tesis del tecnofeudalismo plantea
que no estamos simplemente ante una etapa más avanzada del capitalismo, sino
ante un sistema distinto, con lógicas, estructuras y mecanismos de poder
propios. El control de los datos, la extracción de rentas digitales y la
sustitución de los mercados por plataformas cerradas configuran un escenario
que recuerda a los antiguos regímenes feudales, aunque bajo formas tecnológicas
sofisticadas.
Este ensayo ha abordado las principales ideas de
Varoufakis, explicando cómo el poder económico se ha desplazado desde la
industria y las finanzas hacia las plataformas tecnológicas, y cómo esto ha
alterado las bases mismas de la economía, la política y la subjetividad. La
propuesta del autor invita a repensar nuestras instituciones, nuestras formas
de organización social y nuestras herramientas de resistencia frente a un
sistema que, aunque eficiente en términos tecnológicos, puede ser profundamente
injusto y opresivo.
Frente al avance del tecnofeudalismo, se hace
urgente abrir un debate democrático sobre el futuro de la economía digital, la
propiedad de los datos y el control del conocimiento. Solo así será posible
construir una alternativa que no repita las jerarquías del pasado, sino que
apueste por una verdadera emancipación en el presente.
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